1 de septiembtre:Impresiones de Collingwood de la llegada de la flota combinada a Cádiz
De nuestro corresponsal en la zona, Julio Terrón (C):
Entrevistamos al almirante Collingwood (Co) comandante de la flota inglesa del Mediterráneo y encargado del bloqueo inglés del puerto de Cádiz.
C: ¿ Se vio usted obligado obligado a retirarse ante la llegada de Villeneuve a la zona?
Co: Efectivamente ayer estuvimos en una situación difícil, pues mientras cruzábamos a la vista de la ciudad, apareció la escuadra combinada de 36 buques de guerra. Nosotros éramos 3 pobres cositas, una fragata y dos lombardas y nos retiramos al estrecho poco deseosos como puede usted imaginar de medirnos con las de semejante enemigo.
C: ¿Le persiguieron?
Co: Sí, emprendieron la caza con 16 buques grandes, pero cuando nos aproximamos al estrecho abandonaron. Después seguimos su retaguardia y hoy la hemos visto dentro del puerto de Cádiz donde su armada tiene la imagen de un espeso bosque. ¡Menos mal que conseguimos mantener en nuestro poder el peñón de Gibraltar desde comienzo del siglo pasado! Es la llave del mediterráneo y el que nos sirve para vigilar el movimiento del enemigo y capturar todos los barcos que traen la riqueza de América a España. Riqueza que nos ayuda a financiar la guerra.
C: ¿ Qué posibilidades tiene usted ahora?
Co: Naturalmente solo y con las fuerzas que tengo, seguir de lejos su evolución teniendo el máximo cuidado posible. Espero no obstante que alguien vendrá pronto en mi auxilio. De hecho camina para avisar al Almirantazgo la rápida fragata Euryalus con el capitán Blackwood, con la noticia e la entrada de la Combinada en Cádiz.
C: ¿Qué tal su vida en la mar en el mantenido bloqueo?
Co: Esta situación no es nada confortable, solo disponemos de los víveres frescos que nos proporcionan los portugueses, y esta situación de estar siempre a la mar me mata y me acaba. Hecho de menos a mi mujer, mi familia, la belleza de nuestra casa de campo, las encinas, los bosques y las verdes praderas inglesas. Hoy precisamente le he escrito a mi mujer, contándole prácticamente lo que le he dicho a usted. Espero que siga teniendo paciencia ante la larga ausencia a la que la somete este servicio mío a la patria.