22 de Junio de 1805 El primer ministro inglés William Pitt nos concede una entrevista
De nuestro enviado especial : Fernando J. Suárez De Miguel:
En estos momentos en los que las tribulaciones propias de un cargo tan relevante deben acaparar su atención, Su Señoría el Primer Ministro del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda William Pitt, el Joven, ha accedido gentilmente a concedernos unos instantes de su valiosísimo tiempo para analizar los derroteros por los que discurre la gestión de su gabinete.
Pregunta (P): ¿Le inquieta a Su Señoría el ejército que Napoleón Bonaparte tiene en Boulogne?
Wiliam Pitt (WP): Me inquietaría si estuviera aquí en vez de allí. El Canal puede ser muy largo de cruzar, sobre todo si tenemos las murallas de madera de la Armada Británica que lo bloquean. No digo que no puedan venir, lo que no lo van a poder hacer es por mar.
P: El año anterior a su vuelta a la dirección del gabinete el presupuesto anual para la Armada superó los diez millones de libras. ¿Pueden realmente permitirse tales dispendios?
WP: Podemos porque de esos dispendios depende la existencia de Inglaterra como nación soberana. Este país es una isla y el mar es nuestra vía de comunicación con el resto del mundo. Dependemos de las rutas marítimas para obtener bienes para nuestro sustento.
P: ¿ Solo para obtener bienes? Según tengo entendido las rutas marítimas también las empleáis para colocar sus producciones allí donde desean?
WP: No voy a negar que el comercio constituye la base de nuestra prosperidad. En ese sentido nuestros comerciantes se limitan a ofrecer mercancías a quien quiera adquirirlas.
P: Es cierto, pero vulneran las leyes de protección que a tal efecto han promulgado otros soberanos como el de España, por ejemplo.
WP: Muchos súbditos del Rey de España desean adquirir las mercaderías que aquí se producen. No solamente en Europa sino también en América. Si España no puede suministrarles tales bienes, no veo razón para que quien está en posición de hacerlo renuncie a ello.
P: ¿Aunque sea recurriendo al contrabando?
WP: A veces no queda otro camino.
P: Ha hablado de las posesiones del Rey de España en las Américas. ¿Acaso desean esos territorios para compensar la pérdida de sus colonias de Norteamérica?
WP: No entra en los cálculos de este gabinete hacerse con el control de tales territorios aunque admito que la defección de las Trece Colonias supuso un quebranto para nuestra economía.
P: ¿Nunca pensaron que sus súbditos pudieran rebelarse contra ustedes?
WP: No. Sobre todo teniendo en cuenta que la Corona y el Parlamento les concedieron unas altísimas cotas de autonomía, inimaginables, por otra parte, en los territorios españoles por ejemplo.
P: Sin embargo ahora son un país en plena expansión. ¿Qué opina Su Señoría de que Bonaparte les vendiera el territorio de Louisiana?
WP: Pues que ha hecho un mal negocio. Los yanquis tienen una avidez de tierras descomunal. El adquirir Louisiana a tan bajo precio no ha hecho sino estimularles para conseguir más y más. No me extrañaría nada que quisieran medrar a costa de los españoles ahora que lindan con Nueva España. Eso por no hablar de las Antillas. Por otra parte no hay que olvidar que acaban de salir de una guerra contra el Pachá de Trípoli. La primera que libran después de independizarse y lo hacen tan lejos de su solar. Si yo fuera el Rey de España me preocuparía bastante.
P: En ese conflicto la clave ha residido en el poder naval. Parece haber coincidencias con la política británica de poderío naval.
WP: La única coincidencia que se me ocurre es su deseo de defender la libertad de comercio. Dada su situación geográfica necesitan imperiosamente tener garantizada la seguridad de sus rutas comerciales. El hecho de que los piratas de Berbería les obstaculizaran en el Mediterráneo les obligó, prácticamente, a ir a la guerra.
P: Se refiere ahora Su Señoría al Mediterráneo. También ahí se aprecian los intereses británicos. Parece que ningún mar del mundo está libre de sus banderas.
WP: El Mediterráneo juega un papel muy importante en la política británica ya que es una vía para llegar a la India. Napoleón lo sabía y por eso organizó la expedición a Egipto. Si Francia se hubiese instalado allí hubiera podido organizar una expedición desde el Mar Rojo, eso por no hablar del proyecto que suponía atravesar Persia contando con la ayuda rusa y que se frustró debido a la muerte del zar Pablo I.
P: Habla Su Señoría de la India como si Inglaterra dependiera de ella. ¿Hasta qué punto es así?
WP: La India es como un inmenso mercado. Allí adquirimos pimienta, té, azúcar, seda y algodón y, a cambio, les ofrecemos productos textiles, utillaje y un sin fin de mercancías que ellos necesitan. Todos salimos beneficiados con este intercambio.
P: Desde algunos sectores se les acusa a ustedes de enviar a sus ejércitos a la India antes que al Continente para luchar contra Napoleón a pesar de haber sido parte de varias coaliciones contra Francia.
WP: No hay que olvidar que la administración de los intereses británicos en la India recae en la Honorable Compañía de las Indias Orientales. Esta institución está facultada para organizar sus propias unidades militares de forma que los regimientos del Rey allí presentes son muy pocos. Téngase en cuenta, además, que el ejército británico es bastante pequeño en comparación con cualesquiera otros de Europa. Añadiremos, por otra parte, que si nuestro ejército es pequeño, nuestra armada lleva el peso de la lucha en todos los mares y océanos del mundo.
P: Con frecuencia se acusa a sus marinos de ejercer la piratería. ¿Cuál es la opinión de Su Señoría al respecto?
WP: Los marinos de Su Majestad están en su derecho a hacer la guerra contra sus enemigos allí donde se encuentren. No hay que confundir los lícitos actos de guerra con la vulgar piratería. El hecho, si se refería a tal, de primar a los capitanes, y por extensión a las tripulaciones, con porcentajes de las presas capturadas solamente es un estímulo para que perseveren en su cometido.
P: También se habla de la falta de humanidad de sus capitanes. Episodios como el de la Bounty y la Hermioneson bien conocidos. ¿Se puede hablar de un “reinado del terror” a bordo de los navíos ingleses?
WP: No me parece afortunada la expresión. La Armada de Su Majestad se rige por unas ordenanzas muy estrictas, es cierto, pero esa es precisamente la razón de su eficacia. Una disciplina severa, pero justa, hace posible que tantas almas compartan un espacio tan reducido durante tanto tiempo. Con respecto a los ejemplos de la Bounty y la Hermione es cierto que hay capitanes que se extralimitan en sus obligaciones o que, simplemente, no saben hacerse respetar por sus hombres. Afortunadamente son casos aislados que, en conjunto, no suponen una mancha para el Servicio.
P: Para terminar. ¿Qué opina de Napoleón?
WP: Es un gran hombre. Posiblemente el mejor soldado de su tiempo aunque sufre de indigestión de poder. Me temo que si no descubre cuáles son sus límites su imperio acabará en ruina.
P: ¿Y de los españoles?
WP: No sabría qué responder. No los conozco a todos.