31 de agosto de 1805: Comenzó el bloqueo inglés a gran escala del puerto de Cádiz
De nuestro corresponsal en la zona Julio Terrón.
Ante la nueva situación de fuerzas creadas en la bahía de Cádiz, me comenta mi compañero que en círculos de Londres que el Almirantazgo ha puesto en marcha una operación secreta de gran envergadura. Aunque no podemos lógicamente saber de que se trata, a tenor de los acontecimientos parece ser que el objetivo es ubicar el mayor número de navíos posibles frente a la bahía gaditana.
Hemos podido saber que a los cuatro navíos del vicealmirante Collingwood, se le han unido el día 22 los cuatro de Bickerton que ha levantado el bloqueo del puerto español de Cartagena, y el día 30 llegó Calder con 18 unidades, de forma que son 26 navíos los que vigilan los movimientos en la zona. Han destacado los ingleses al Almirante Louis con un navío de tres puentes, cuatro de dos y varias fragatas que se mantiene a una distancia entre 5 a 10 millas del puerto mientras que a unas veinte estaba el cuerpo principal de la flota.
De nuevo se interrumpe el comercio en la ciudad y aumenta la tensión de la ciudaddanía. Esta enorme flota frente a los muros de la ciudad ofrece un espectáculo inigualable. Continuamente se ven movimientos de posicionamiento, señales de banderas, silbidos de avisos de guardia, chalupas que transportan personal a tierra. Cádiz está llena de marinos, que intentan distraerse recorriendo la ciudad. No se puede evitar y no se habla de otra cosa: del combate inminente, de lo que nos deparará el destino, de si nos libraremos alguna vez de la presión inglesa. En los astilleros de la Carraca se reparan a buen ritmo las unidades en mal estado a pesar de la escasez de medios, pero todos son conscientes aquí de que el tiempo necesario para preparar nuestra flota juega a favor del enemigo, que tiene más tiempo para organizarse.
Si observamos el mapa esta zona es la que mayor ventaja ofrece a los ingleses, pues mantienen el control de la zona, y se pueden acercar o resguardar en su puerto de Gibraltar, son avituallados con alimentos frescos desde Marruecos y Portugal, país este que le da cobertura logística en sus puertos e información de nuestros movimientos. Además al controlar el estrecho, dificultan los movimientos de los buques de salcedo en Cartagena. Y para colmo de males dificultan y apresan cualquier navío que quiera acercarse a la ciudad con provisiones. Por eso, de noche, desde puertos de la costa atlántica o de puertos de la bahía y a través de tierra se consigue mantener a duras penas las provisiones, que siempre son menores de lo que la ciudad necesita.
Por otro lado, el puerto de Cádiz que es bastante seguro como refugio, no lo es para salir de él ya que se necesita dos direcciones de vientos: uno de levante (Este) para salir y otro de poniente (Oeste) para poner rumbo hacia el sur en dirección al estrecho. El momento más peligroso será el día que intente salir la flota, pues a veces pueden pasar de dos a tres días para conseguir que una flota de este tamaño abandone puerto, momento que puede aprovechar la flota enemiga para atacar y destrozarla, por no tener la organización de línea adecuada.
Aunque cada día está más preparada la ciudad para cualquier ataque, de momento no se tienen noticias de que Nelson esté con la flota inglesa, y el ataque directo a puerto no es probable que pueda ocurrir sin él.